Creemos en un solo y verdadero Dios, eternamente existente en tres personas; el Padre, el Hijo; y el Espíritu Santo, iguales en poder y gloria. Este Dios creó, sostiene y gobierna todas las cosas. (Gen. 1:1; Deut. 6:4; Isa. 44:8, 48:16; Mat. 28:19-20; Jn. 10:30; Heb. 1:3)
Creemos que las escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento son la Palabra de Dios, completamente inspiradas y sin error y la regla infalible para la fe y su práctica. La Palabra de Dios es el cimiento sobre el cual la iglesia funciona y es la base de cómo es gobernada. Creemos que la Palabra de Dios es superior a cualquier ley terrenal que sea contraria a las Sagradas Escrituras. (Isa. 28:13; Neh. 8:8; Jn 17:17; 2 Tim. 3:16-17; Heb. 4:12; 1 Ped. 1:23-25; 2 Ped. 1:3-4 y 1:21)
Creemos en Dios Padre, un Espíritu personal, infinito, perfecto en santidad, sabiduría, poder y amor: Que Dios mismo se preocupa con piedad de nosotros lleno de misericordia, que Él oye y responde a las oraciones, y que Él salva del pecado y de la muerte a quienes vienen a Él a través de Jesucristo. (Deut. 33:27; Sal. 90:2; Sal. 102:27; Jn 3:16, Jn 4:24; 1 Tim. 1:17; Tito 1:3)
Creemos en Jesucristo, hijo único de Dios, concebido por el Espíritu Santo. Creemos en su nacimiento virginal, en su vida sin pecado, sus enseñanzas y milagros, su muerte expiatoria, su resurrección corporal, su ascensión al cielo, su interseción eterna por sus hijos, y en su regreso visible y personal a la tierra. (Isa. 7:14; Miq. 5:2; Mat. 1:23; Mar. 16:19; Luk. 1:34-35; Jn 1:1-2, Jn 8:58, Jn 11:25; 1 Cor. 15:3-4; 1 Tim. 3:16; Heb. 1:8; 1 Jn 1:2; Apoc. 1:8)
Creemos en el Espíritu Santo, enviado por el Padre y el Hijo y que vino al mundo a traer convicción de pecado, de justicia y de juicio; a regenerar, santificar y a dar poder a todos aquellos creyentes en Jesucristo para servir en el ministerio. (Hech 1:8; 2 Cor. 3:18; Jn 16:8-11; Rom. 8:26, Rom. 15:13, Rom. 16; Heb. 9:14)
Creemos que el Espíritu Santo mora en cada creyente de Jesucristo y que Él es nuestro constante ayudador, maestro y guía. (Jn 6:13, Jn 14:16-17, Jn 16:8-11; Rom. 8:26)
Creemos en el ministerio actual del Espíritu Santo y en el ejercicio de todos los dones del Espíritu Santo usándose de acuerdo a las instrucciones que vemos en 1 Cor. 12:1-14:40.
Creemos que todo ser humano es pecador por naturaleza y por voluntad, y que además, está bajo condena. Pero Dios salva y regenera por medio del Espíritu Santo a aquellos que se arrepienten de sus pecados y reconocen a Jesucristo como el Señor y Salvador. (Hech 8:15-17; Ef. 2:1-3, Ef. 2:8-9; Rom. 3:23, Rom. 5:8; Tito 3:5)
Creemos en la iglesia universal, el cuerpo espiritual viviente, del cual Jesucristo es la cabeza, y del que todas las personas regeneradas son miembros. (1 Cor. 12:12-13; Ef. 4:15-16)
Creemos en el regreso personal y visible de Jesucristo a la tierra y del establecimiento de su reino milenial; en la resurrección del cuerpo; en el juicio final; y en la bendición eterna de los justos y en el sufrimiento interminable de los condenados por incredulidad. (Mat. 16:27; Hech 1:11; Apoc. 19:11-16, Apoc. 20:11-15)
Creemos en un Cielo y un Infierno literal; en que todos aquellos que depositan su fe, esperanza y confianza en Jesucristo pasarán la eternidad en el Cielo, mientras que todos aquellos que rechazan el regalo de la salvación mediante Jesús pasarán la eternidad separados del Señor Jesús. (Sal. 9:17; Mat. 5:3, Mat. 5:22, Mat. 18:9 y Mat. 25:31-34; Mar. 9:42-49; Luk. 12:5; Jn 3:18; Heb. 12:23; 1 Ped. 1:4; Apoc. 14:10-11, Apoc. 20:11-15)
Creemos en el rapto de la iglesia pre-tribulación donde todos los creyentes nos reuniremos con el Señor en el aire y seremos llevados fuera de este mundo previo a la tribulación que vendrá sobre la tierra. (Isa. 26:20; Mat. 24:29-31; Luk. 21:36; Rom. 1:18, Rom. 5:9; 1 Tes. 1:10, 1 Tes. 4:13-16 y 1 Tes. 5:9; 2 Ped. 2:7-9; Apoc. 3:10, Apoc. 5:7-10, Apoc. 7:13-14)
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